Cerca de dos horas llevaba Pánfilo, el pastor de la comarca en la parroquia y no se animaba a hablar con el señor cura. El bueno de Pánfilo, gente sencilla. Desde que conoció a Hortensia no pudo volver la paz a su alma. Hortensia llevaba ya como cinco años con el cura, era su moza. De la casa hogar se la llevaron a la parroquia cuando tenía como doce años para que le ayudara a su "paternidad". La conoció un día en que le llevó al padre Nepomuceno una carga de leña y desde entonces no dejó de visitar el templo un sólo día nada más para ver a Hortensia, una joven y recia morena poseedora de esa misteriosa belleza montaraz que caracterizaba a las mujeres de Macolá. Aunque ya se había animado a hablarle de sus sentires y hasta le propuso matrimonio, Hortensia siempre se mostraba esquiva hasta el día en que de ella salió tomarle la palabra y con la venia del señor cura ahí mismo, en la parroquia contrajeron matrimonio cuatro meses atrás. Por eso Pánfilo estaba amoscado. Su mujer había parido a un robusto "chilpayate" apenas hace dos días.
-pero hijo, qué gusto de verte por esta la casa del señor- le dijo el cura. -¿desde a qué horas estás aquí? hubieras entrado a la sacristía-
-no quise molestar a su "mercé" , es que hay algo que, si no es molestia y con la venia de su "mercé" pos le quería yo "apreguntar"-
-¿pasa algo malo hijo, cómo van las cosas en tu casa?, no me digas que ya te peleaste con tu esposa por culpa del aguardiente-
-no señor cura pos la verdad pos yo ni tomo-
-bueno pero ¿entonces? habla, dime qué te aflige...-
-pos, pos, es que la mera verdá su paternidá pos como que no me cuadran las cuentas-
-¿cuales cuentas hijo mío?-
-pos verás su "mercé", resulta que la Hortensia anteayer se me puso rete mala y que me voy a buscar a doña Meche...-
-¿a esa bruja? pero por qué no viste al médico...-
-pos sí señor cura, pero la vi tan de a tiro mala y pegaba unos chicos gritos, y como la Meche vive ahi no más pasando el potrero pos que la busco y pos resulta... pos que la Hortensia se alivió de gustos pasados...-
-¡alabado sea el señor! ¿ya eres papá?, te felicito hijo, es la bendición más cara que a los hombres otorga el sumo hacedor...-
-pos sí, pos así ha de ser pero, pos la Hortensia y yo apenas tenemos cuatro meses de matrimoniados y pos yo...-
-ya veo lo que pasa por tu mente hombre de poca fe, pero no tienes motivo alguno para poner en tela de juicio la virtud de quien ha unido con la bendición de dios su vida a la tuya para siempre...mira, ven....¿sabes leer no?-
-pos no su paternidad, pos yo de dónde...-
-no te preocupes- le dijo el sacerdote al tiempo que del librero tomaba un grueso tomo de dura pasta oscura- vamos a ver qué dicen las sagradas escrituras en lo tocante al caso que tanto te agobia...-
Pánfilo pelaba los ojos mientras el cura hojeaba con lentitud las amarillentas hojas del libro hasta que de pronto el prelado se detuvo con el índice apuntando al párrafo que de seguro buscaba...
-¡aquí está! escucha hijo, escucha con atención...-y aclarando la garganta en señal de que se disponía a entonar solemnemente un texto sagrado en alta voz recitó..."moza de cura que con pastor casare, estando sana y robusta...a los cuatro meses pare."-
Pánfilo no dejaba de ver al sacerdote con una expresión inexpugnable, como si frente a sí tuviera al mismísimo arcángel Gabriel. Hasta donde se sabe, Pánfilo y Hortensia viven en paz y felices, bendecidos por la gracia de dios y del cura.
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-pero hijo, qué gusto de verte por esta la casa del señor- le dijo el cura. -¿desde a qué horas estás aquí? hubieras entrado a la sacristía-
-no quise molestar a su "mercé" , es que hay algo que, si no es molestia y con la venia de su "mercé" pos le quería yo "apreguntar"-
-¿pasa algo malo hijo, cómo van las cosas en tu casa?, no me digas que ya te peleaste con tu esposa por culpa del aguardiente-
-no señor cura pos la verdad pos yo ni tomo-
-bueno pero ¿entonces? habla, dime qué te aflige...-
-pos, pos, es que la mera verdá su paternidá pos como que no me cuadran las cuentas-
-¿cuales cuentas hijo mío?-
-pos verás su "mercé", resulta que la Hortensia anteayer se me puso rete mala y que me voy a buscar a doña Meche...-
-¿a esa bruja? pero por qué no viste al médico...-
-pos sí señor cura, pero la vi tan de a tiro mala y pegaba unos chicos gritos, y como la Meche vive ahi no más pasando el potrero pos que la busco y pos resulta... pos que la Hortensia se alivió de gustos pasados...-
-¡alabado sea el señor! ¿ya eres papá?, te felicito hijo, es la bendición más cara que a los hombres otorga el sumo hacedor...-
-pos sí, pos así ha de ser pero, pos la Hortensia y yo apenas tenemos cuatro meses de matrimoniados y pos yo...-
-ya veo lo que pasa por tu mente hombre de poca fe, pero no tienes motivo alguno para poner en tela de juicio la virtud de quien ha unido con la bendición de dios su vida a la tuya para siempre...mira, ven....¿sabes leer no?-
-pos no su paternidad, pos yo de dónde...-
-no te preocupes- le dijo el sacerdote al tiempo que del librero tomaba un grueso tomo de dura pasta oscura- vamos a ver qué dicen las sagradas escrituras en lo tocante al caso que tanto te agobia...-
Pánfilo pelaba los ojos mientras el cura hojeaba con lentitud las amarillentas hojas del libro hasta que de pronto el prelado se detuvo con el índice apuntando al párrafo que de seguro buscaba...
-¡aquí está! escucha hijo, escucha con atención...-y aclarando la garganta en señal de que se disponía a entonar solemnemente un texto sagrado en alta voz recitó..."moza de cura que con pastor casare, estando sana y robusta...a los cuatro meses pare."-
Pánfilo no dejaba de ver al sacerdote con una expresión inexpugnable, como si frente a sí tuviera al mismísimo arcángel Gabriel. Hasta donde se sabe, Pánfilo y Hortensia viven en paz y felices, bendecidos por la gracia de dios y del cura.
Alfonso Romero Hernández
Escritor - Permanente
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1 comentario:
Me gustó mucho, mucho el cuento!! jeje, el bebé nació con sotana jeje y el pastorcito vive feliz con su hijo "futuro pastor como su padre" jejeje que ironía! pero bueno, para eso siempre han servido las religiones, se resume muy bien, para dar esperanza y para sacar ventaja de las mozas y comúnmente de los mozos también.
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