Escritor - Permanente
"Cuando despertó José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado y recibió a su mujer. Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito y le puso por nombre Jesús." Mateo 1, 25.
El carpintero logró coronar el esfuerzo que para su edad representaba. A diferencia de otras veces, esta vez culminó cabalmente con la expresiva satisfacción de su mujer. Ya de lado, recostado junto a Myriam y aún con el acelerado ritmo de su músculo cardíaco volvió la cabeza hacia donde el pequeño Jeshua, Emmanuel, (dios con nosotros) dormía ajeno a las fatigas en que los hombres en busca del placer y de la perpetuación de su especie se afanan. Nadie había ahí atestiguando el hecho. No estaba presente quien pudiera dar fe de lo acontecido ni amanuense que lo dejara por escrito y tal vez por eso la historia después se contó de distinta manera. No obstante ello y mucho tiempo después, hubo quien investigando descalificara esta historia y dijera que Jesús el cristo era hijo de Judas de Gamala.
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