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lunes, 28 de diciembre de 2009

Y ¿ a qué no se ha opuesto la iglesia católica?

COLUMNA PUBLICADA HOY POR EL PERIÓDICO MEXICANO "MILENIO"
Por Luis González de Alba

¿Pues qué esperaban? Con la aprobación en el DF del matrimonio entre personas del mismo sexo —que no hace sino restablecer la igualdad de todos los mexicanos ante la ley, garantizada en su Artículo 1 por la Constitución— la Iglesia católica manifestó su inmediato rechazo.

Pero, ¿a qué no se ha opuesto la Iglesia romana y sus hijas protestantes? En la Edad Media estuvo contra el inicio del capitalismo al convertir en pecado el cobro de intereses por dinero prestado. Con lo cual retrasó la caída de los regímenes feudales y su reemplazo por economías burguesas; además, hizo de los judíos los banqueros de Europa ya que los cristianos se iban al infierno por prestar a rédito.

Cuando el Renacimiento rescató del mundo clásico la idea de un planeta redondo, todas las iglesias cristianas armaron revuelo y quemaron por herejes a los que eso afirmaran; que además de ser redondo, el mundo gira sobre sí mismo y en torno al Sol produjo otra horneada de chamuscados, Galileo la libró con prisión domiciliaria perpetua. Darwin guardó por treinta años sus ideas acerca del origen de las especies por acción de la selección natural ante el temor a la muy cristiana y apostólica iglesia de Inglaterra.

Los curas se oponen a toda sexualidad que no tenga por finalidad la procreación, aun entre hombre y mujer y hasta sin mujer pues tampoco va al Paraíso quien se hace una puñeta, puñetita, puñetota, puñetilla y es pecado de lujuria pensar en lo que produzca placer erótico. Ya lo dijo el feroz San Pablo: No irán al Cielo ni los fornicarios, ni los adúlteros, “ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.” Muchísimo menos los que “se echan con varones”, por lo cual debemos suponer que no debe uno echarse, sino coger de pie para conseguir ese horror de la vida eterna en el Cielo.

Luego de mil años de oscuridad, contados a partir del ascenso al poder de los cristianos y su destrucción de la ciencia y el arte clásicos, el Renacimiento comenzó en Italia una lenta y riesgosa recuperación del mundo greco-romano. El arte tuvo menos dificultades, pero la ciencia debió enfrentar la persecución de los clérigos. En el siglo XVIII se pusieron las bases de la Ilustración, que nos daría la separación de iglesias y estados, el laicismo, la educación universal, los Derechos Humanos y, sobre todo, la igualdad ante la ley para todos los seres humanos.

Pero contra todo eso guerreó el cristianismo. Los papas, reyes de los Estados Pontificios cuya capital era Roma, en pleno 1860 todavía conducían ejércitos en batallas por fronteras y por defensa de mercados. Con ejércitos se opusieron a Garibaldi, que había emprendido la unificación de Italia, y el nuevo país debió tener por primera capital a Milán porque los ejércitos papales aún resistían en Roma.

Vencieron las ideas de la Ilustración y por eso este artículo resulta publicable. Pero las hogueras no se han apagado y los obispos soplan los rescoldos. Nadie afecta más la institución del matrimonio que quien no se casa, como los señores curas y obispos. Al prescindir del matrimonio y no fundar una familia afectan, de igual manera, la institución familiar.

Frente al matrimonio entre hombre y mujer, el que se celebra entre personas del mismo sexo ofrece una garantía a la sociedad: nadie se casará por obligación social y familiar, nadie que no se ame y sólo encubra un embarazo previo, como ocurre en tantísimos enlaces heterosexuales con vestido blanco y azahares para la embarazada que el novio abandonará en cuanto pueda salir corriendo.

La Iglesia predica la eternidad del matrimonio mientras divorcia a Vicente Fox y a Martita: el caso más oprobioso de cinismo clerical. El “orden instituido por Dios desde la creación del mundo”, según el cardenal Rivera, hace excepciones por teléfono rojo entre Dios y el cardenal, aunque afecte a dos familias. En cambio, nada afecta a terceros que dos personas que se aman, y son del mismo sexo, legalicen su unión que jamás estará dictada por la obligación de responder a un embarazo no deseado.




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miércoles, 23 de diciembre de 2009

Matrimonio y adopción







COLUMNA INVITADA

Matrimonio gay
Por Sergio Sarmiento

"Tal perversión no es más que soberbia".

Cardenal Norberto Rivera


Es muy común que los regímenes autoritarios violen los derechos de las minorías sólo porque hacerlo resulta popular entre las mayorías. Mantener la prohibición al matrimonio entre homosexuales es una posición popular porque la mayoría de los mexicanos no son homosexuales y piensan que esta preferencia es una perversión. La pregunta correcta que se debe hacer una sociedad moderna, sin embargo, no es si la gente está de acuerdo con el matrimonio entre homosexuales, sino si éste genera algún daño a terceras personas. Y la respuesta es que no.

Ante la ausencia de daños a terceros, no tiene sentido mantener la prohibición sobre los matrimonios entre homosexuales. El gobierno no debe tener el poder de obligar a una persona a contraer matrimonio, pero tampoco el de impedir que dos personas lo hagan sólo porque son del mismo sexo. El matrimonio es un simple contrato civil que implica el compromiso de mantener una relación duradera con ciertos derechos y obligaciones. La Iglesia tiene, por supuesto, derecho de restringir los matrimonios religiosos, pero un Estado laico no tiene por qué asumir como propias las posiciones de la Iglesia.

Más controvertido puede ser el tema de la adopción de niños por parejas homosexuales. Si hubiera alguna indicación de que estas adopciones generan daños psicológicos o físicos a los niños, podría uno entender la resistencia. Sin embargo, no hay ninguna señal en ese sentido. De hecho, la poca información confiable sobre el tema que he podido ver sugiere que los hogares homosexuales son tan buenos, respetuosos y estables como los heterosexuales, y con frecuencia mejores.

Muchos niños y niñas crecen en hogares heterosexuales bajo abusos constantes. También hay casos de abuso de niños por sacerdotes o maestros. Pero eso no hace que prohibamos la adopción de niños por parejas heterosexuales o el contacto de niños con sacerdotes o maestros. Lo que castigamos son los abusos mismos, sin discriminar a grupos de personas por los abusos que pueda haber cometido algún individuo. El mismo criterio debe existir en el caso de las parejas homosexuales que quieran adoptar un niño.

Estoy convencido de que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal ha hecho lo correcto al aceptar no sólo el matrimonio entre homosexuales sino el derecho a adoptar a niños, el cual no estaba restringido hasta ahora en el código civil del Distrito Federal o de ningún lugar de la República.

El matrimonio debe ser una relación a la que entran los miembros de una pareja de forma consensual porque desean compartir su vida. Que el gobierno quiera impedirlo por razones moralistas, porque piensa que la única relación correcta es la que establece la Iglesia Católica, es una medida autoritaria que viola los derechos individuales de una minoría.

Hasta donde sabemos, la homosexualidad es una inclinación amorosa que ha existido desde el principio de la humanidad. Algunos de los personajes más brillantes de la historia, desde Sócrates hasta Oscar Wilde pasando por Miguel Ángel y Leonardo da Vinci, han sido homosexuales. Muchos más lo han sido sin que se supiera debido a la discriminación que podían sufrir por su preferencia sexual. Los moralistas no pueden seguir insistiendo en que las relaciones homosexuales no son una parte natural de las comunidades humanas.

Si las parejas estables de homosexuales quieren contraer matrimonio, no hay por qué prohibirlo. Y si quieren adoptar niños, tampoco veo razón para impedirlo.










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lunes, 21 de diciembre de 2009

De derechos y perversiones.


Finalmente en la Ciudad de México los legisladores locales aprobaron los matrimonios entre personas del mismo género y no sólo ello sino que aprobaron que tales parejas puedan adoptar, en concordancia con una visión progresista ajena a dogmas religiosos toda vez que nuestro país es un Estado laico y en congruencia con mumerosos países que ya contaban con esta reivindicación. Nuestra Constitución Política establece en sus garantías individuales que ninguna persona puede ser dsicriminada por el color de su piel, su condición social o económica, sus creencias o su orientación sexual, y a la comunidad homosexual se le había negado el derecho al matrimonio en abierta discriminación. La superstición religiosa organizada conocida como "iglesia católica" en voz del señor Norberto Ribera que en la jerarquía de esa organización ocupa el puesto de "cardenal" ha dicho el día de hoy:

"Esta ley ha abierto las puertas a una perversa posibilidad para que estas parejas puedan adoptar a niños inocentes, a quienes no se les respetará el derecho a tener una familia constituida por una madre y un padre, con los consecuentes daños psicológicos y morales que provocará tal injusticia y arbitrariedad".

Más perverso es que parejas heterosexuales que procrean hijos biológicos les brinden un ambiente de desaveniencia y hasta de violencia que los marcará para toda la vida. Más perverso es que padres biológicos abusen sexualmente de sus hijas y aun de sus hijos varones siendo ellos heterosexuales. Más, pero mucho más perverso es que esa organización religiosa que lucra con la superstición y la ignorancia encubra los abusos sexuales contra menores que sus miembros han cometido y siguen cometiendo por todo el mundo en defensa de un contranatura celibato.

ALFONSO ROMERO






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lunes, 14 de diciembre de 2009

Derecho al matrimonio.


En nuestro país México, en su Ciudad Capital, se votará la próxima semana si se autorizan las bodas entre individuos del mismo género con altas probabilidades de ser aprobadas. Las voces intolerantes de siempre empezando por la "jerarquía" de la superstición católica aduce que esa medida atenta contra la familia ya que las parejas homosexuales no pueden procrear y se oponen a que esas parejas adopten y crien. Hay parejas heterosexuales que deciden no procrear, ¿atentan contra la familia?; hay parejas heterosexuales que teniendo hijos, viven en un ambiente de permanente desaveniencia y hasta violencia dañando severamente a los niños al tiempo que hay parejas homosexuales que educan a sus hijos adoptivos en perfecta armonía y valores. Por otro lado, la orientación sexual no es algo que se aprenda o se contagie. ¿Por qué razón si no entonces, todos o casi todos los homosexuales nacieron y fueron criados en el seno de familias heterosexuales, en sociedades mayoritariamente heterosexuales y no los "convencieron"?. Aplaudimos a nuestros legisladores en la Ciudad de México que con ánimo progresista y ajenos a dogmas y visiones homófobas reivindican un derecho que había estado negado a la minoría gay.

ALFONSO ROMERO







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sábado, 12 de diciembre de 2009

Festejo


Desde el medio día ya estaban casi instaladas las bocinas. Como cada doce de diciembre, los choferes de microbús del "paradero" se preparaban para festejar a "la virgencita de Guadalupe" en su día. La imagen de yeso en su nicho había amanecido poblada de multicolores flores y las flamas de las numerosas veladoras iluminaban su alrededor. Gabino se encargó de la colecta y pudo conseguir doce cajas de tequila a casi mitad de precio. Conforme avanzaba la tarde más gente iba llegando; la fiesta de la virgen, la patrona de todos...¿todos?...los mexicanos estaba por comenzar. Ya los microbuses lucían profusos adornos de papel brillante y flores. Poco después de las diez de la noche los poderosos altavoces comenzaron rugientes a reproducir una sucesión de cumbias, salsas y guarachas. Los choferes y sus familias bebían comían y bailaban entusiastas ajenos a las posibles molestias de los vecinos de la colonia...es la fiesta de la virgen.

-Perdió tres dedos de su mano derecha y lamentablemente también su ojo izquierdo-

la noticia pareció no causar efecto alguno en Severiano quien, entre la conmoción del accidente y el alcohol en su organismo, no acertaba sino a contemplar con fijeza el suelo...

-es por eso, apuntó el doctor, que están prohibidas las "chinampinas" y "cuetes", son muy peligrosos...


Como el cambio de turno era a las doce de la noche y el Juez del Ministerio Público de relevo no había llegado, tuvieron que esperar hasta casi las ocho de la mañana a que les tomaran declaración. Gabino no recordaba nada, absolutamente nada...

-pero, ¿por qué apuñaló a su compadre?, ¿qué fue lo que pasó?...

Gabino sólo acertaba a jalarse los cabellos...

-no sé señor, estábamos bailando... no más me acuerdo que algo me hizo enojar muy fuerte, me puse muy furioso...pero "pos" no me acuerdo...

-¿no recuerda por qué mató a su compadre?-

-"pos" no, no más me acuerdo que estábamos festejando a la virgencita...













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domingo, 6 de diciembre de 2009

Los voceros de dios



COLUMNA INVITADA



Gays, abstenerse
Por Sergio Sarmiento

"El hombre que comprendiese a Dios sería otro Dios".
René de Chateaubriand


Siempre sorprende la seguridad con la que algunos dicen conocer lo que piensa Dios. Javier Lozano Barragán, cardenal mexicano, presidente emérito del Consejo Pontificio de Operadores Sanitarios del Vaticano, declaró esta semana que "los homosexuales y transexuales no entrarán nunca en el reino de los cielos... No lo digo yo, sino san Pablo".

Efectivamente, San Pablo condena en su Epístola a los Romanos a quienes "Dios entregó a pasiones infames: pues sus mujeres invirtieron las relaciones naturales por otras contra la naturaleza; igualmente los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se abrasaron en deseos los unos por otros, cometiendo la infamia de hombre con hombre" (Romanos 1:26-27). En la Primera Carta a los Corintios Pablo añade: "Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los robadores, heredarán el reino de Dios" (1 Corintios 6:9-10).

Es bueno saber que algunas personas como San Pablo y el cardenal Lozano Barragán tienen línea directa con Dios y pueden explicarnos lo que éste piensa. Quizá tuvieron oportunidad de llegar en vida a la puerta del cielo y vieron que Dios la cerraba a algunos. El propio Jesús no ofrece en los Evangelios una condena de los homosexuales, pero el cardenal Lozano no tiene duda cuando dice: "La homosexualidad es un pecado".

Para quienes consideran las epístolas de San Pablo como palabra de Dios, no hay siquiera posibilidad de discusión. Dios no sólo impedirá a los homosexuales entrar al cielo, sino también a los avaros, afeminados, fornicarios, adúlteros, ladrones, borrachos y maldicientes, entre otros. Pero incluso los católicos más fervientes tienen diferencias sobre la homosexualidad. El cardenal Lozano afirma, por ejemplo, que "uno no nace homosexual, sino que se convierte", haciendo gala de un supuesto conocimiento del que la ciencia carece. El catecismo de la Iglesia Católica, en cambio, señala que los gays "no eligieron su condición homosexual" (2358).

El mismo San Pablo que condena a los homosexuales explica que la mujer al orar debe cubrirse la cabeza pero el hombre no. El varón "es imagen y gloria de Dios, mas la mujer es gloria del varón. Porque el varón no es de la mujer, sino la mujer del varón" (1 Corintios 11:5-8). ¿Será esto también palabra de Dios?

Yo realmente me pregunto si Dios está preocupado por impedir el ingreso de los homosexuales y maldicientes al paraíso o si considera importante que las mujeres recen con la cabeza cubierta porque no son gloria de Dios sino sólo del varón. De hecho, la costumbre machista de que las mujeres, y sólo ellas, se cubran la cabeza en las iglesias parece haber quedado descartada en la mayoría de los templos católicos. Pero todavía hay quien piensa que Dios sí quiere apartar de su reino a los homosexuales.

Siempre me ha sorprendido la facilidad con la que algunos pretenden convertirse en voceros de Dios. Si Dios existe supongo que es un ser infinito fuera de la comprensión incluso de los más sabios entre los mortales. Alguien que pretenda convertirse en vocero de Dios, y que piense que sólo él puede explicarnos la voluntad divina, estaría cometiendo así el pecado capital de la soberbia.







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viernes, 4 de diciembre de 2009

"...todo lo que va contra la naturaleza ofende a dios."


Un sujeto que ocupa el puesto de "cardenal" en la jerarquía de la superstición religiosa organizada denominada "iglesia católica" de nombre Javier Lozano Barragán, declaró recientemente que los homosexuales, las lesbianas y los transexuales no entrarán al reino de dios por la "razón" mencionada en el título de esta entrada. Sería conveniente hacer del conocimiento de este personaje que el llamado "celibato" que le es impuesto a la fuerza a los integrantes de esa organización "va contra la naturaleza". De nuevo la homofobia, la discriminación y la intolerancia cristianas se manifiestan.

Recomendamos la lectura de la nota publicada por el periódico mexicano "El Universal" al respecto.
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