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lunes, 21 de diciembre de 2009

De derechos y perversiones.


Finalmente en la Ciudad de México los legisladores locales aprobaron los matrimonios entre personas del mismo género y no sólo ello sino que aprobaron que tales parejas puedan adoptar, en concordancia con una visión progresista ajena a dogmas religiosos toda vez que nuestro país es un Estado laico y en congruencia con mumerosos países que ya contaban con esta reivindicación. Nuestra Constitución Política establece en sus garantías individuales que ninguna persona puede ser dsicriminada por el color de su piel, su condición social o económica, sus creencias o su orientación sexual, y a la comunidad homosexual se le había negado el derecho al matrimonio en abierta discriminación. La superstición religiosa organizada conocida como "iglesia católica" en voz del señor Norberto Ribera que en la jerarquía de esa organización ocupa el puesto de "cardenal" ha dicho el día de hoy:

"Esta ley ha abierto las puertas a una perversa posibilidad para que estas parejas puedan adoptar a niños inocentes, a quienes no se les respetará el derecho a tener una familia constituida por una madre y un padre, con los consecuentes daños psicológicos y morales que provocará tal injusticia y arbitrariedad".

Más perverso es que parejas heterosexuales que procrean hijos biológicos les brinden un ambiente de desaveniencia y hasta de violencia que los marcará para toda la vida. Más perverso es que padres biológicos abusen sexualmente de sus hijas y aun de sus hijos varones siendo ellos heterosexuales. Más, pero mucho más perverso es que esa organización religiosa que lucra con la superstición y la ignorancia encubra los abusos sexuales contra menores que sus miembros han cometido y siguen cometiendo por todo el mundo en defensa de un contranatura celibato.

ALFONSO ROMERO






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