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lunes, 7 de abril de 2008

¿Buenas obras con dinero sucio?

Alfonso Romero Hernández
Escritor - Permanente

El pasado viernes el presidente del Episcopado mexicano Carlos Aguiar Retes hizo declaraciones en el sentido de que la Ley debería contemplar algún tipo de protección a los narcotraficantes arrepentidos que han sido muy generosos patrocinando la construcción de templos y capillas en poblados pobres. Días después fue contradicho por Norberto Rivera a cargo de la Arquidiócesis de México quien afirmó que ese dinero es mal habido y no se lava con obras de caridad.

Al respecto hemos de comentar que cuando la autoridad decomisa dinero proveniente del narcotráfico lo utiliza canalizándolo a diversas dependencias como fue el caso de los dólares decomisados al chino-mexicano del "copelas o cuellos". Si los narcos quieren lavar sus conciencias mejor sería que patrocinaran la construcción de hospitales y escuelas en beneficio de las comunidades pobres. Después de todo la construcción de templos sólo le hace más grande el negocio a los usufructarios de la ignorancia.


3 comentarios:

Christian dijo...

¿Tiene dinero sucio? ¡No busque más! Traigalo a la lavandería Episcoclean y quedará sin esas feas manchas debidas a sangre y lágrimas de los drogadictos y sus familias. No se ensucie las manos ¡Nosotros nos las ensuciamos por usted! (Pertenecemos a una robusta empresa con cientos de años de experiencia).
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Lo mas divertido es que quiere proteger, no a todos los narcos arrepentidos, ¡no!... sino a los "que han sido muy generosos" con la Iglesia... ¡Pues claro, si todos sabemos que el arrepentimiento se mide en dolares!

Cuando veas a un clérigo pasar... tus bolsillos bien debes asegurar.

Al menos Norberto tuvo la lucidez de contradecir a Aguiar.

Anónimo dijo...

El dinero del narco, el que se decomisa, que como todos intuimos es solo una fracción del real, y se hace publico, se emplea, después de pasar una serie de procedimientos donde se lava legalmente, en asuntos mas bien de beneficio a dependencias, compra de armamento, patrullas, chalecos, equipos, etc. Nunca se empleara en la construcción de un hospital, para eso tenemos el teletón, o los pronósticos, a la lotería o el insignificante presupuesto de la federación, que la mayoría es para pagar pensiones.

En los años setentas, un conocido narco, pidió al gobierno licencia para trabajar libremente en su negocio a cambio del pago de la deuda interna, de México!!
No cabe duda que existen narcos con temor de Dios, y buscan como ganarse al menos una estancia corta en el purgatorio.
Ahora bien, ¿cuantas obras de caridad patrocinadas por narcos se conocen? Yo al menos me descarto pues no conozco ninguna, eso si construyen palacetes, mini-ciudades, pistas de aterrizaje, ranchos, compran; terrenos, casinos, ganado, lanchas rápidas, yates, aviones, armas, ropa, eventos artísticos, políticos, equipos deportivos, bebida, alimentos, etc., . Son un sector minúsculo con grandes sumas de dinero y mueven una parte de la economía en forma indirecta, así que porqué desgarrarse las vestiduras por algo que comentó un cura?

Christian dijo...

Muy cierto, el problema del narcotráfico es uno legal, criminal, social y económico: Un tema que definitivamente se tiene que tratar.

Sin embargo, por la temática de este tipo de bitácoras, los que escriben entradas y los que comentamos, nos inclinamos más a los aspectos relacionados con la religión y su impacto en la sociedad humana.

En este caso, aunque el comentario de Aguiar no es muy sorprendente que digamos (es de todos conocidos los procederes de la Iglesia Católica), sigue resultando escandaloso e indignante. Es como si alguien te dijera: "¿Un sacerdote abusó de tu hijo? ¡Uy, pues no se de que te quejas si desde hace siglos lo han estado haciendo!"

Aunque es evidente que te refieres a este tipo como 'cura' de una forma general, como nos pudiéramos referir a cualquier clérigo, yo quisiera agregar que no es un simple cura (presbítero, párroco), sino un obispo, y no cualquier obispo, sino el Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, lo que refuerza la gravedad del asunto.

(Además es divertido comentarlo)