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martes, 5 de agosto de 2008

Primogénito.

Escritor - Permanente

"Cuando despertó José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado y recibió a su mujer. Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito y le puso por nombre Jesús." Mateo 1, 25.

El carpintero logró coronar el esfuerzo que para su edad representaba. A diferencia de otras veces, esta vez culminó cabalmente con la expresiva satisfacción de su mujer. Ya de lado, recostado junto a Myriam y aún con el acelerado ritmo de su músculo cardíaco volvió la cabeza hacia donde el pequeño Jeshua, Emmanuel, (dios con nosotros) dormía ajeno a las fatigas en que los hombres en busca del placer y de la perpetuación de su especie se afanan. Nadie había ahí atestiguando el hecho. No estaba presente quien pudiera dar fe de lo acontecido ni amanuense que lo dejara por escrito y tal vez por eso la historia después se contó de distinta manera. No obstante ello y mucho tiempo después, hubo quien investigando descalificara esta historia y dijera que Jesús el cristo era hijo de Judas de Gamala.


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lunes, 4 de agosto de 2008

¿Tienes 21 minutos?

Este video está circulando mucho por la red. ¿Has oído hablar de la "obsolescencia diseñada? ¿por qué a los dos años tu computadora ya se quedó atrás o el año siguiente ya no se usan los mismos tipos de pantalón o zapatos? tómate 21 minutos para reflexionar con Annie Leonard en este ameno y explicativo video. Aquí la versión en español.


sábado, 2 de agosto de 2008

La inevitable decadencia.

Escritor - Permanente

El periódico mexicano "La Jornada" publicó el pasado 21 de julio un reportaje donde se aprecia cómo la superstición religiosa católica está experimentando una crisis de disminución de sacerdotes. Una lectura de este fenómeno pasa necesariamente por el aspecto racional y ético, es decir, ya no es tan fácil convencer a los aspirantes, de las bondades y la verdad de una mentira; pero otra nos diría: ¿ya no es tan redituable y cómoda la sinecura? ¿ha dejado de ser atractiva la posibilidad de vivir bien y con privilegios a costa de la ignorancia?.

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viernes, 11 de julio de 2008

Le Evolución y el Cristianismo

jueves, 3 de julio de 2008

CUANDO CONOCÍ AL COCODRILO

Mario Alberto Sánchez Carbajal
Escritor - Colaborador

Recuerdo que un cocodrilo llamaba a misa.
Torpes, enredados los pies infantes,
recorrí las naves dentadas.
El pensamiento sangró desgarrado,

le corrían chorros de tinta ensangrentada

y la fuerza del cauce

arrastraba el limo hacia las orillas del juicio.


Recuerdo esa carne rasposa del hombre loco,

piel de bestia y piedra pasaban por la garganta

resbalando con un ríspido trago.

Por tanta locura tuvieron que matarlo,

nadie pide un caníbal para la carne propia,

él sí y lo habían matado por eso,

me imaginaba.


El animal, también me acuerdo,

hablaba con un golpeteo de quijadas

mordiendo la esperanza para otra vida,

Recuerdo el hocico sonando el miedo.


Rodillas en el suelo se golpeaban el pecho

(eran hombres mayores

y no quería ser como ellos

cuando me crecieran sus barbas),

percutían a puños corazón sin culpa,

porque nadie es culpable

hasta no demostrarse

que dios existe.

Lloraban lágrimas de cocodrilo,

también me acuerdo

mirarlos mojarse la máscara culpable,

insanos por alguna enfermedad.

Contagio de la fiera, bien recuerdo,

que escupía la peste del demente

Es éste mi recuerdo desde aquí.

Distancia con lo enfermo

a horas eternas de sana razón, he puesto.

Y aquí estoy bien

lejos de las fauces del cocodrilo.


lunes, 30 de junio de 2008

¿Ortodoxia?...o deplorable atraso.

El periódico mexicano "El Universal" publica hoy una nota del diario hebreo "Yediot Aharonot" donde se da cuenta del deplorable y hasta risible atraso que los judíos ortodoxos, ultraconservadores ellos acusan cuando pretenden prohibir los reproductores de música y video ya que los consideran tecnologías diseñada para pecar ya que propician la tentación. Digo que hasta risible si no fuera en verdad dramático ya que seguidores fanáticos de esta superstición religiosa han destruído vitrinas de tiendas que comercializan los aparatos. Yo, como el poeta prefiero vencer a la tentación sucumbiendo de lleno en sus brazos.

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jueves, 26 de junio de 2008

A PROPÓSITO DE EL GALLO HUIDO DE D.H. LAWRENCE

Mario Alberto Sánchez Carbajal
Escritor - Colaborador


III

El campesino propone resguardar al hombre muerto (Cristo) en su casa, a pesar de tener el presentimiento, casi certero, de que el encubrimiento traerá consigo problemas: “El campesino miró atemorizado a su alrededor, preguntándose malhumorado por qué se había prestado a algo que presagiaba fatalidad. El hombre de los pies heridos […]. Notaba la frescura de seda del trigo joven bajo sus pies, que habían estado muertos, y percibía la aspereza de su vida independiente.” ¿Independiente?

Y lo pregunto porque en otros textos nos hemos remitido al significado de los símbolos, pero en esta ocasión la palabra misma tiene un peso plomizo sobre la historia. La definición de la palabra independencia según el diccionario de María Moliner: se trata de un adjetivo aplicado a cosas separadas de otras cosas o sin relación con ellas, es decir, sin dependencia respecto de otras cosas. Cuando se habla, entonces, de vida independiente, se trata de que quien vive se ha separado de aquello con lo que se relacionaba. Así nos percatamos de la confirmación de esa primera negación a partir del miedo, pero esta vez es definitivo, pues quien tiene vida independiente está mostrando que se ha librado del yugo de aquello con lo que tenía una relación necesaria. Jesús está negando la religión. Podría parecernos paradójico, pues cómo negar eso que él mismo prodigaba y de lo cual fue encabezado, encabezado, en este caso, como el de un periódico que se olvida al día siguiente cuando uno nuevo llama la atención. La negación como independencia y el arrepentimiento de su error son ineludibles.


Así es que el campesino y el hombre llegan a una casa humilde construida de arcilla. Allí adentro, el campesino y su mujer ofrecen comida al “maestro”, éste come solamente para sustentar la vida, pues el deseo está muerto en él, todo lo que lo rodea, incluso lo que está dentro de su alma es una absoluta desilusión. Los campesinos, obligados por el temor causado por aquella imagen del hombre levantado de la muerte, hacen todo lo posible para que aquél esté tranquilo, enredado en la comodidad que se merece. Pero ante la inminente oscuridad de la noche antes de dormir, muy similar a una tumba, Cristo se siente aterrado y prefiera salir y tenderse sobre la hierba del patio. La mujer del campesino lo mira aterrada, como si tuviera en su patio a un muerto verdadero. Lo mira con ese terror que aun actualmente causa la imagen de Cristo, ya sea en la cruz; ya sea, bajado de ella.


Al día siguiente “El hombre que había muerto observaba el gran impulso en la existencia de las cosa que no habían muerto, pero ya no veía su trémulo deseo de existir y de ser.” El desencanto es completo, al puro estilo de los personajes de Onetti en Tierra de nadie: permanecer vivo es ir pudriéndose en vida poco a poco e irremediablemente. ¿Será que después de la muerte, para aquellos que creen, lo prometido es puro desencanto, como le sucede aquí al mesías? Si es así, entonces lo prometido es peor que el sacrificio en vida para alcanzar lo prometido; entonces no vale la pena creer por la promesa de otra vida. “Yo no lo sé de cierto, pero” me parece un buen punto para armar una discusión o pensar ensimismado buscando respuesta.


Todas las mañanas, el hombre sale a tenderse al sol, y el astro es el único elemento que le infunde un poco de vida, de ánimo. En una de estas visiones del mundo vivo, Cristo lleva su mirada hasta topar con el gallo dentro del corral y amarrado de una pata. Es entonces cuando Lawrence evidencia un enfrentamiento entre la vida y la muerte, una clara división entre opuestos complementarios: “Y nunca el hombre que había muerto veía sólo al ave, sino a la breve y nítida ola de vida de la que el gallo era cumbre. […] Al hombre le parecía oír el extraño discurso de la vida, mientras el gallo imitaba triunfalmente el cloqueo de su gallina favorita.” El encuentro entre la vida y la muerte es claro, sin embargo no es sólo esto lo que el escritor quiere mostrarnos. En un texto anterior hablamos de que el hombre envuelto en el sudario niega su propia muerte, justificándose con el hecho de que lo habían bajado demasiado pronto, asimismo comentamos que uno de los significados del gallo, en tanto símbolo, es la actividad. Y en este momento la actividad del gallo se nos presenta como la vida misma, así queda claro porque, a pesar de la negación, Lawrence sigue llamando a Cristo el hombre muerto, pues en el enfrentamiento de la vida con la muerte nos percatamos de que sólo se hace referencia al funcionamiento físico, es decir, Jesús está vivo porque puede mirar y sentir el mundo que lo rodea, porque camina, habla, escucha e incluso come lo necesario para resistir. Mas, por otro lado, está muerto porque el ánimo ya no le funciona, porque ese soplo que es el alma está recostado sin esperanzas en el lecho desde donde se mira el andar perenne de la vida, es un Cristo desilusionado que está vivo pues el cuerpo funciona, pero la ilusión ya abdicó a su trabajo. Es tan humano que entristece. Con esto Lawrence niega el sacrificio de Cristo por la humanidad y por lo tanto se niega el amor prodigado, y entonces, como bien dice Villoro en el prólogo a este cuento: Jesús no nos ofrece el amor sino el cadáver del amor. Y finalmente es eso a lo que nos enfrentamos en las iglesias, pues quienes van no dialogan con el muerto sino con un cadáver, y los hemos visto besarle los pies al cadáver, hablar con el cadáver, prometer al cadáver, vender la voluntad entera y poner la vida en manos del cadáver. ¿Quién no los ha visto con ese dejo de tristeza que da ver a nuestra especie humillándose?


Es esta misma escena Cristo mira al gallo moverse hasta los límites marcados por la cuerda amarrada a la pata; lo mira estirar todo su plumaje intentando alcanzar a su gallina favorita. Pero el gallo desiste y rendido se echa en un rincón. Por la noche, la gallina se acerca entregándose y Jesús los ve aparearse, una vibración de plumas confundidas que se trastocan en la imagen del “borde de una ola de vida superpuesta a otra durante un minuto, en la marea del ondulante océano de la vida.”.


Al atardecer el campesino regresa para darle la noticia de que ya se han percatado de que el cuerpo no está en la tumba, que lo han robado y los romanos ya están enterados y en su búsqueda. El maestro le contesta que debe guardar silencio para estar a salvo. Y al ver la figura del campesino, su aspecto estúpido, carente de fuego, sin brillo, de polvo ((el hombre que había muerto pensó: “¿Por qué, entonces, habría de elevarse? A los terrones se los revuelve para que se aireen, no se los eleva. Dejemos que la tierra siga siendo terrenal, y que el cielo decida por sí mismo. Me equivoqué al elevarla. Me equivoqué al tratar de inmiscuirme. La reja del arado de la devastación penetrará en el suelo de Judea y revolverá la vida de este campesino como la tierra del campo. Ningún hombre puede salvar a la tierra de la labranza. Es labranza, no salvación…”)). Esto evoca el hombre mientras mira la figura enteramente terrenal del campesino, y se da cuenta de que su intento por redimir el mundo no fue sino un ensayo fallido; deja la soberbia a un lado y cada vez es menos divino, se incorpora a la humanidad renunciando a aquella megalomanía de cuando predicaba lo que ahora reconoce como un error. Jugó con el mundo, se equivocó y ahora cae a la tierra, desgajándose, junto con su soberbia.

Al día siguiente el hombre que había muerto se levanta para dirigirse hacia el huerto donde está la tumba vacía. Mira a una mujer nerviosa vestida de azul y amarillo asomándose al hueco en la tierra. Ella vuelve la mirada hacia él y grita “¡Se lo han llevado!”, a lo que Cristo replica pronunciando un nombre “¡Magdalena!”…


miércoles, 25 de junio de 2008

Pingüe negocio (o... la ignorancia siempre ha sido redituable).

El periódico mexicano "La Jornada" publica un reporte sobre la situación patrimonial y solicitudes de adquisición de inmuebles por parte de diversas supersticiones religiosas organizadas (iglesias) en el que queda claro por un lado, la enorme capacidad económica que estas empresas adquieren a través del ejercicio de su actividad, y por otro lado, que la llamada iglesia católica va paulatinamente perdiento clientela frente a otras opciones que, conscientes de que su objetivo es mercantil, han tenido mayor capacidad de allegarse adeptos.

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lunes, 23 de junio de 2008

Lamentable pérdida.

El día de ayer dejó de existir el actor, escritor y comediante George Carlin, un artista que a través de su talento logró realizar inteligente crítica a temas difíciles especialmente las religiones y la creencia en dios.

Su habilidad histriónica y creatividad le permitieron abordar con fino e intenso humorismo las creencias irracionales y poner con claridad lo absurdo de creer en un dios omnipotente avasallador y cruel.

No podemos decir que descanse en paz pues sólo dejó de existir pero lo habremos de recordar y seguir disfrutando a través del múltiple material que dejó grabado. Aquí una pequeña muestra de su talento. Adiós Maestro.



Si dios existe, que le caiga un rayo a este blog
(Entrada publicada el lunes 17 de septiembre de 2007)

George Carlin
nacido el 12 de Mayo de 1937, comediante, actor y ganador de un Grammy siempre aborda su oratoria con irreverencia. Es un experto en temas tabú: religión, sexo, política, etc. En estos tiempos se ha dedicado a criticar la cultura contemporánea estadounidense y ha formado una increíble trayectoria, grabando discos, grabando películas, escribiendo libros, y actuando en televisión.

Aunque nació y se formó como católico es Ateo, de hecho en manera de burla inventó la religión FrisbeeTarianism, que según su doctrina, cuando uno muere el alma se va a una azotea y es imposible obtenerla de regreso, una sátira al dogma católico de la asunción.


Empezando la semana, nada como el humor inteligente. A través de una rutina hilarante, George Carlin aborda asuntos de fondo. Se van a reír.



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martes, 17 de junio de 2008

Esclavos en Iglesia Católica durante el nazismo.

DPA

MAGUNCIA.- Una abarcadora documentación sobre el empleo de trabajadores esclavos en la Iglesia Católica alemana durante la época nazi se presentó hoy en la ciudad germana de Maguncia.

Con el título "Trabajo Esclavo e Iglesia Católica - de 1939 a 1945", la Conferencia Episcopal Alemana presentó la obra, la más ambiciosa que realizó en las últimas décadas, donde se compilan las investigaciones sobre los trabajadores esclavos y prisioneros de guerra que se emplearon en ese periodo.

El primer estudio pormenorizado sobre el tema documenta el destino de 4.829 trabajadores extranjeros y 1.075 prisioneros de guerra que fueron obligados a realizar diversas labores en organizaciones dependientes de la Iglesia Católica.


La documentación presentada hoy no implica de ningún modo "un punto final para el trabajo de reconciliación", dijo al respecto el obispo de Maguncia, el cardenal Karl Lehmann, que hasta febrero presidió la Conferencia Episcopal Alemana.


La obra, que suma más de 700 páginas, no debe entenderse tampoco como un "balance definitivo" del papel de la Iglesia durante el nazismo, agregó el prelado. "Se trata más bien de un nuevo y muy importante pilar del trabajo de reconciliación de los cristianos en Alemania y Europa", concluyó.

Durante la Segunda Guerra Mundial y bajo el nazismo, millones de prisioneros de guerra y desplazados de los territorios ocupados por Alemania, sobre todo en el este europeo y en especial de Polonia y la extinta Unión Soviética, fueron obligados a trabajar para la industria.

Pero también la Iglesia se benefició de la mano de aquella obra gratuita.
Para el estudio se indagaron, desde el año 2000, múltiples archivos de la Iglesia que se encontraban en hospitales, casas parroquiales, asilos de ancianos y de huérfanos y otras dependencias católicas.

Para poder financiar indemnizaciones para los afectados que sobrevivieron, la Iglesia creó, medio siglo después, a partir del 2000, un fondo dotado de unos 2,5 millones de euros (3,9 millones de dólares).

(Enlace a la nota original)

domingo, 8 de junio de 2008

Lo dirás de chía pero es de horchata

Alfonso Romero Hernández
Escritor - Permanente


Para nuestros amigos allende nuestras fronteras (México), el aforismo que titula esta entrada hace referencia a la chía y la horchata, dos sabores de aguas frescas muy comunes en nuestro País y expresa aquello que se dice en broma pero tiene fuerte sustento en la realidad. En este video que hoy compartimos podemos apreciar la hipocresía producto de la absurda postura que la superstición religiosa organizada conocida como "iglesia católica" provoca entre sus integrantes respecto de la sexualidad. Diviértanse.





martes, 3 de junio de 2008

(II) A PROPÓSITO DE EL GALLO HUIDO DE D.H. LAWRENCE

Mario Alberto Sánchez Carbajal
Escritor - Colaborador


II

“Estaba solo, y, como había muerto, se hallaba incluso más allá de la soledad”, continúa el cuento de El gallo huido de D.H. Lawrence. Cristo baja por la pendiente rocosa y se aleja hacia el lado opuesto de la ciudad alzada a sus espaldas. Anda por un camino que se adorna en sus costados con olivos, anémonas y hierba verde, espesa.

Aquí nos detendremos para considerar qué significado podrían apuntar estos símbolos como apoyos de la historia. Los olivos en dos de sus múltiples acepciones: caridad y protección pacífica; y ambos elementos jugaran en la historia un poco después, cuando Jesús se encuentra con el campesino. Por otro lado, las anémonas aparecen comúnmente como representación del dolor, lo efímero, la enfermedad, la pena, la muerte; aparecen con frecuencia entre las gotas de sangre caídas del cuerpo de Cristo, estos elementos entonces, la mayoría pertenecientes al sufrimiento, recalcan el dolor que el personaje encarna. Asimismo la sangre caída del cuerpo refuerza aquella imagen antes mencionada y grotesca del Cristo sangrante, llevada hacia lo estético a partir de la belleza que de la imagen de una anémona se desprende. El verde de la hierba simboliza la esperanza, el futuro, el azar, lo imprevisto, la mujer en promesa; todas pertenecen a una sensación de incertidumbre de quien se levanta de la muerte y deja “lo atrasado en el pasado”, para abrirse camino hacia aquello que no se sabe. Sin embargo, el símbolo más importante es el de la mujer en promesa, pues esto apunta hacia el erotismo, la unión de dos cuerpos, el amor carnal, obligado en Lawrence, de aquello que vendrá mucho más adelante.

Ya hecho el apuntalamiento de estas pistas importantes que fungen como elementos imprescindibles del cuento, la anécdota sigue y Cristo se percata de lo que lo rodea, de “[…] el mundo natural de la mañana y la tarde, por siempre inmortal, en donde él había muerto.” Y sigue andando aletargado, semiconsciente, como una sombra que pasa haciendo equilibrio sobre la cuerda que divide la vida de la muerte.

Cristo escucha un cacareo y se estremece. Ve a un gallo negro y naranja posado sobre una rama. Mira a un campesino correr entre la hierba persiguiendo al gallo. El hombre pide a Cristo que detenga al animal, a su gallo huido, y él muerto extiende el sudario que lo cubre, como un par de alas. EL gallo cae y el campesino se arroja sobre él para levantarlo, lo alza y lo aprieta contra su costado, bajo el brazo, mientras lo acaricia con la otra mano. Finalmente el campesino reacciona y queda boquiabierto ante la imagen terrible del rostro muerto, los ojos muertos, las cicatrices aterradoras en la frente de Jesús: “No temas —le dijo el hombre envuelto en el sudario—. No estoy muerto. Me bajaron demasiado pronto, así que me he levantado. No obstante, si me descubren, volverán a hacerlo.” Este diálogo es una vuelta, una torsión que transgrede por completo la historia, como historia supuestamente real y también ficticia.

Pues Cristo al negar su muerte se está transformando en un ser humano igual a cualquier otro, un hombre que cobardemente escapa de todo aquello que antes había hecho, de esa mala experiencia que fue un error y la cual no está dispuesto a repetir, no quiere sufrir su propio drama una vez más, entonces huye lleno de miedo: “[…] si me descubren, volverán a hacerlo.”, le dice al campesino. Aquí observamos claramente una gran transgresión propuesta por Lawrence, pues Cristo, además de humano abotagado de miedo, está negando toda su doctrina al aceptar que fue un error por el cual no piensa volver a sufrir; al tener tanto miedo es porque se sabe desprotegido del ser supremo, así niega a su padre y a él como hijo enviado para un fin específico, malogrado; y sin estas bases está negando el cristianismo entero, anula su propia doctrina. Y el redentor, magnánimo, sublime, se convierte en un cobarde, en un fugitivo de él mismo, de lo que él provocó al equivocarse.

Y bajo la lógica de este cuento, ¿no será que quien se apega a dicha religión es cobarde porque quien fue su redentor, la máxima del ejemplo, fue cobarde?, ¿será esto lo que Lawrence, entre líneas, propone en cuanto a los que ateridos de miedo creen en un ser supremo?, ¿pues si el hijo tuvo miedo al saberse desprotegido por el padre, yo, siguiendo su ejemplo, no debo tener también miedo del padre y entonces rendirle todo tributo para no despertar en él la ira? Tal vez preguntas al vuelo, pero todas susceptibles de pensarse ante el reto impuesto por un excelente cuento.

Podemos atisbar ya con mayor claridad el porqué el cuento lleva por título El gallo huido. Ya sabemos que el gallo simboliza la resurrección, que el adjetivo nos muestra la cobardía de quien se levanta de la muerte, y lo sabemos porque Lawrence, con maestría, junta ambos elementos en esa acción donde Jesús ayuda al campesino a atrapar al animal que quiere huir, que es un punto cumbre en el cuento y donde el mesías se muestra como un cobarde que nunca murió, que permaneció vivo como todo este tiempo lo estuvo el gallo.

Y el campesino, lleno de miedo frente a la imagen del muerto (Lawrence lo seguirá llamando así, aunque el mismo Cristo haya negado su muerte), le propone ocultarlo en su casa…


lunes, 2 de junio de 2008

Citas Ateas


"Yo condeno el cristianismo, yo formulo contra la iglesia cristiana la mayor acusación que se haya hecho nunca por parte de algún acusador. Ella es, para mí, la mayor de todas las corrupciones imaginables, (...) ella ha negado todos los valores, ha hecho de toda verdad una mentira, de toda rectitud de ánimo, una vileza, (...) yo digo que el cristianismo es la gran maldición, la gran corrupción interior, el gran instinto de venganza, por el el cual ningún medio es demasiado venenoso, secreto, subterráneo, bajo la gran vergüenza eterna de la humanidad(...)."

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viernes, 30 de mayo de 2008

"Semen retentum venenum est".

Publicado por el periódico Reforma en la columna de "Catón" (Armando Fuentes Aguirre) el día 15 de mayo de este año.

Condiciones
Catón
15 May. 08

El obispo está triste. ¿Qué tendrá su excelencia? En la misa de pronto se le va la conciencia, y divaga sin rumbo cuando dice el sermón. El obispo está pálido en su silla dorada; tiene mustio el semblante, la mirada extraviada, y en su mano es el báculo como un débil bastón. El vicario general de la diócesis hace venir a un médico famoso, y el eminente facultativo ausculta al dignatario. Al terminar emite su diagnóstico: "El señor obispo es víctima de un acentuado surmenage. Sufre un estado depresivo que lo tiene abatido, postrado, decaído, agobiado y esturdido". "Me explico -dice el vicario-. Trabaja demasiado". Replica el médico: "El cuadro melancólico de su excelencia no se debe al trabajo. Todos los síntomas indican que padece una orquidalgia parotídica derivada de su falta de actividad genésica". "¡El cielo nos valga! -exclamó el vicario, que solía decir una jaculatoria cuando no entendía algo (todo el día se la pasaba recitando jaculatorias)-. Y dígame, doctor: ¿hay cura para el mal de su excelencia, que no sea su servidor?" Responde el galeno: "Semen retentum venenum est. El semen que se retiene es un veneno. En el caso que nos ocupa, el líquido seminal no efundido se ha vuelto tósigo letal en el cuerpo del paciente; le ha subvertido los humores corporales, y constituye ahora amenaza grave para su salud, y aun para su vida. Ese veneno debe salir inmediatamente". "¡El cielo nos valga! -profirió el vicario por segunda vez-. Y, ¿qué cabe hacer en estas aflictivas circunstancias?" Contesta el facultativo. "Recomiendo que la curia consiga una mujer para que yazga con su excelencia". "¿Una mujer? -exclamó el vicario-. ¡El cielo nos valga! Recuerde, señor mío, que su excelencia ha hecho voto perpetuo de castidad. La coición que usted propone es imposible". "Yo ya di mi opinión médica -responde, flemático, el facultativo-; lo demás toca a ustedes decidirlo. Pero una cosa le digo: si el remedio prescrito no se aplica pronto, el paciente podrá llegar a extremos de locura, y hasta de muerte". "Me hace usted temblar, doctor -vacila el vicario-. Ahora bien: el medicamento que usted propone, ¿está en el cuadro básico del IMSS?" "Me temo que no, padre -contesta el médico-. Pero yo mismo puedo encargarme de conseguir a una mujer que nos ayude en este delicado trance". "¡El cielo nos valga! -se acongojó el vicario-. En fin: si tan penoso extremo es necesario para salvar la preciosa vida de nuestro pastor, cúmplase la divina voluntad. Necessitas plus posse quam pietas solet. La necesidad tiene fuerza mayor que la piedad. Sin embargo, doctor, debo poner cinco condiciones para admitir a la mujer que tendrá participación en esto". "¿Cuáles son esas cinco condiciones?" -inquiere el médico. Contesta el vicario: "La primera: debe ser célibe. Al pecado de fornicación no se ha de añadir el de adulterio". "Entiendo" -acepta el médico. "La segunda -prosigue el vicario-. La mujer debe ser ciega. No es conveniente que vea a la ilustre persona con quien estará yogando". "Muy bien" -concede el galeno. "La tercera -continúa el vicario-. La mujer debe ser sorda. Es muy posible que a su excelencia se le escape en el curso del concúbito alguna exclamación, alarido, ululato, grito o exclamación involuntaria de placer, y la mujer podría reconocer su voz". "Comprendo" -dice el facultativo. "La cuarta condición -sigue el vicario- es que la mujer sea muda, para que no pueda contarle a nadie lo que sucedió". "Está bien -accede el doctor-. Y, ¿cuál es la quinta y última condición?" Responde el otro: "La mujer debe ser tetona". "¿Tetona? -se asombra el médico-. ¿Por qué?" Explica el vicario: "Así le gustan a su excelencia"... (¡El cielo nos valga!)... FIN.
Armando Fuentes Aguirre


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miércoles, 28 de mayo de 2008

Noche oscura

En nota de la agencia Notimex publicada por la Revista en línea "El Porvenir" se mencionan las declaraciones del líder de los católicos Ratzinger en el sentido de que su antecesor, el ya fallecido Wojtyla venció al comunismo en Albania y logró hacer renacer a la iglesia católica en ese país haciendo alusión a la era de la dictadura comunista como una "noche oscura". Ciertamente Albania a partir de la Segunda Guerra Mundial vive bajo el régimen comunista formando parte de los países del Pacto de Varsovia y como la mayoría de los países de Europa del Este y en general regidos por el comunismo en aquél momento fue un Estado ateo, situación que cambia a partir de los noventa como parte de la desintegración de la Unión Soviética. Ahora bien, el predominio de la superstición religiosa organizada conocida como iglesia católica en gran parte del mundo fomentando sus dogmas irracionales y estableciendo un control ideológico sobre la gente a lo largo de casi dos milenios es una oscurísima noche de la cual gran parte de la humanidad no puede aún ver el amanecer.




domingo, 25 de mayo de 2008

A PROPÓSITO DE EL GALLO HUIDO DE D.H. LAWRENCE

Mario Alberto Sánchez Carbajal
Escritor - Colaborador


I

“Mi gran religión es la creencia de que la sangre y la carne son más sabios que el intelecto.”, decía David Herbert Lawrence (1885-1930). Escritor inglés que dedicó sus letras a resaltar el erotismo, a hacer del contacto de dos cuerpos un acto casi religioso; un erotismo primitivo encarnado y corriendo por la sangre a partir del deseo fanático. Mencionaba Octavio Paz que se trataba de una religiosidad que apuntaba a la energía misma de la vida. Así, en el contexto de Inglaterra a principios del siglo XX, Lawrence no sólo transgredió la moral con el tema de lo erótico, sino también trabajó sobre el terreno espinoso de la religión. Y estas razones bastaron para que varios de sus textos fueran censurados.

El gallo huido, es el segundo de los tres cuentos reunidos en El hombre que amaba las islas
(1), cuento escrito poco antes de su muerte, allí hace esta conjugación de tratar los temas de la religión y el erotismo. En el prólogo a este libro, Juan Villoro supone la experiencia que se encarnó en Lawrence como origen de dicho cuento. Ocurrió en su infancia en una iglesia en Sicilia: ´Ante un Cristo sangrante le preguntó a una mujer por qué esa efigie era tan cruenta y ella le respondió: “porque hizo sufrir a su madre”. [En El gallo huido se evidencia que:] El pecado de Cristo es su abandono de la vida: no ofrece el amor, sino el cadáver del amor´.

Estos datos, aunque someros, nos sirven de introducción para ir relatando de manera general la anécdota y hacer un análisis sobre el cuento, situación pertinente, pues Lawrence es un escritor que se presta a múltiples interpretaciones, de la cuales, por supuesto, nos enfocaremos en la parte religiosa. El cuento es extenso y es por eso que ésta es una primera parte de otras tantas. Se trata, grosso modo, de una historia distinta de lo sucedido después de la resurrección de Cristo. Bueno, pues sin más introducción y aclaraciones, ¡a lo que te truje, Chencha!


El cuento comienza cuando un campesino de Jerusalén adquiere un gallo de pelea raquítico. El gallo, con el transcurrir del tiempo, va adquiriendo cierto porte hasta verse espléndido, envuelto en una gran belleza. El campesino vive con su esposa en medio de la pobreza, donde parece resplandecer el plumaje espeso y de tonos anaranjados, la figura toda del gallo atado de una pata dentro del corral. Con un uso sutil de la prosopopeya, Lawrence nos muestra un animal dotado de hermosura, de cierta inteligencia o entendimiento humano; adquiere características particulares que parecen forjar una relación especial con el campesino, quien siente gran orgullo al saberse dueño del animal. Sin embargo, esta forma de actuar del gallo, así como su descripción física, también parce ser el principio de una revelación. Y así sucede, pues simultáneamente, mientras el gallo parece humanizarse, en otro lado un hombre comienza a despertar en el interior de un hueco tallado en la roca. Entumecido, rígido, dolorido, aprisionado por un vendaje, con las manos y pies heridos, el hombre cegado por las ataduras reconoce que está despierto. “Lenta, muy lentamente se arrastró fuera de la celda de roca con la precaución del malherido.”.


Debemos reparar, entonces, en este suceso, pues la descripción de la resurrección es grotesca. Si parece estéticamente bella es por la entereza del oficio de Lawrence; por la precisión de sus palabras; por su capacidad descriptiva. Sin embargo, al tratarse de acciones simultáneas, tanto el hombre que se levanta como el gallo están funcionando como dos entes que se comparten, hay una intensión de reciprocidad y contraste. Como si se tratara de un entendimiento metafísico (en su acepción común) que los hace dos seres que podrían ser uno e intentan comunicarse sin palabras: un entendimiento de animal a animal. El que se levanta, humano y mostrándose grotesco; el que permanece en el corral, cargado de una especie de razón primitiva y abotagado de belleza. Es decir, Lawrence nos hace sentir que ciertas características específicas a uno y a otro han permanecido en quien corresponden, de igual manera otras se han permutado. Se trata, de primera intención, de una transgresión a lo religioso, pues ya está puesta la comparación del gallo, un burdo animal, con la efigie sublime del hijo de dios.

De igual manera, no sólo es la comparación, sino que a partir de la descripción del hombre que se arrastra para salir de un hueco de la tierra, lo grotesco está en que parece más animal que aquel echado en el corral, parsimonioso. Lawrence pone a Jesús a reptar para salir del hoyo, imaginamos entonces la inmundicia plena de un hombre herido, sucio, lleno de vendas por las que se traslucen manchas de sangre; un hombre arrastrándose por la tierra saliendo de un hueco en la tierra; un hombre hecho a imagen y semejanza de los insectos y roedores subterráneos. ¿Parce esta una transgresión grave para la creencias religiosas Inglesas de principios del siglo XX, aún con el resabio de la sociedad Victoriana, cuando Freud está siendo juzgado por los mismo científicos por transgredir la moral con sus teoría que parten de bases instaladas en la sexualidad?.

Debo aclarar, antes de concluir esta primera parte, que al margen del texto, me di a la búsqueda del significado que podría adquirir el gallo como símbolo cristiano. El gallo simboliza la resurrección, la pasión de Cristo, la lujuria, los remordimientos. Así es que comenzamos a columbrara hacia dónde va Lawrence con este cuento, más adelante veremos como el título es un guiño del cual podríamos intuir el tema central.


En otros textos hemos hablado de que la religión gana el respeto, la creencia ciega, a partir del miedo. Así, en la siguiente parte veremos cuál es la mirada de Lawrence acerca de este tema. Solamente diré que Jesús, después de haberse levantado, caminó y fue a encontrarse con el gallo y el campesino…

(1) Lawrence, D.H., El hombre que amaba las islas, Ed. Atalanta, España, 2007.

jueves, 22 de mayo de 2008

Misa para perro

Alfonso Romero Hernández
Escritor - Permanente
I
Nunca tuvo más familia ni más compañía. Sí, estuvo casado un tiempo pero fatalmente nunca pudo engendrar familia ni tuvo la posibilidad de al menos saber cuál era el problema o quién de los dos el involuntario culpable y por otra parte, su esposa falleció tempranamente...serían las cinco quince de la mañana. La soledad que ya le era familiar se asentó en sus días hasta que aquél atardecer, sin saber exactamente cómo, de dónde ni por qué apareció "lobo", el vigoroso perro pastor inglés que con su mirada entre azorada e interrogante le suplicó asilo. Fueron muchos, tantos que la memoria ya no los registra, los años en que convivió con el fiel compañero y fueron de tal intensa comunicación que lograron superar las barreras que limitan el entendimiento entre bestias y hombres de tal suerte que para cualquier promotor de la comunicación telepática habrían sido paradigma. Un fatal día lobo ya no se adelantó a su amo en el amanecer ni corrió vigoroso al escuchar el rechinar de la puerta del jacal, el compañero leal, embriagado de cielo recibió patas arriba el arribo del sol. No es posible describir aquí el dolor que abrazó al corazón del humilde campesino quien así afligido por la muerte de quien más que nadie, más que alguien, más que algo estuvo a su lado cariñoso, fue a ver al cura de la aldea con la intención de solicitar, para su amigo, una misa.

II

-¡Pero hijo, es imposible lo que me pides!- el cura apenas podía creer lo que se le pedía...

-los santos sacramentos son para las personas...¡para las personas!...vaya, los animalitos son criaturas que el supremo hacedor ha puesto en nuestro mundo pero son eso, animales, bestias, no es posible hijo mío hacerle una misa a tu perro, comprende...

-pero, señor cura, era mi única compañía, para mi era más que una persona...-

-mira hijo, entiendo tu aflicción pero no insistas, los sacramentos de nuestra santísima madre iglesia no son cosa vanal ni cosa de juego, no hay modo...aunque, mira, aquí mismo en la aldea hay un...¿cómo llamarle?...un sujeto que habiendo renunciado a la única y verdadera verdad religiosa ha fundado una secta extraña de esas que se apartan de la verdadera fe...si tu afán es mucho, ¿por qué no vas? de seguro este extravagante sujeto se prestará a lo que solicitas...-

-está bien señor cura- dijo resignado el campesino...

-voy con el pastor que usted dice...señor cura, he juntado algún dinero que quiero que sirva para este menester...¿cree usted que sea suficiente con diez mil pesos para ofrecerle al pastor por la misa?...-

-¡pero hijo mío!- clamó el cura ...-¿por qué no me dijiste desde un principio que tu perro era católico?...-




miércoles, 21 de mayo de 2008

dios, el invento humano.

Alfonso Romero Hernández
Escritor - Permanente

Si desde el Renacimiento y la Ilustración las mentes pensantes y cultivadas pusieron la lápida sobre dios, lápida que, lapidariamente Nietzche remachó, las creencias irracionales, fundamentalmente la creencia en un dios omnipotente, creador y regidor de los destinos humanos ha seguido prevaleciendo en la mayor parte de los seres humanos a lo largo y ancho del mundo. Echando mano de las herramientas más modernas de la Ciencia hay quienes se han dado a la tarea de investigar las causas sicológicas que en las mentes humanas prohijan las creencias irracionales, los miedos que favorecen la creencia en ese ser protector, el miedo a la muerte y los demás miedos que son de alguna manera resueltos a través de la creencia. De nuevo el periódico español "El País" nos sorprende gratamente con un artículo en este sentido cuya conclusión es muy simple: la Ciencia no se ocupa de dios.



martes, 20 de mayo de 2008

Progresar hacia atrás.

Alfonso Romero Hernández
Escritor - Permanente

El periódico español "El País"en su edición "on line" publicó el pasado día quince un artículo titulado "La decepción de Einstein" en el que da cuenta de una carta hasta ahora desconocida que el científico dirigió al filósofo Erik Gutkind donde expresamente se refiere a la religión, a las religiones, como supersticiones infantiles. A la fecha hay discrepancia sobre el ateísmo del padre de la relatividad porque algunas de sus más célebres frases sobre dios o la religión son o parecen ser ambiguas pero tal parece que esta carta, escrita de su puño y letra y pronto puesta a subasta nos dará la razón a quienes siempre insistimos en el ateísmo de Einstein, como por otro lado no podría ser distinto por parte de cualquier mente pensante e ilustrada.


jueves, 15 de mayo de 2008

¿Crees en el Diablo?

Alfonso Romero Hernández
Escritor - Permanente

Con la mirada perdida y al borde del puente como de la desesperación, dispuesto a lanzarse hacia las gélidas aguas, juntando la cantidad suficiente, no de valor sino de entusiasmo para brincar, fue inesperadamente interrumpido por la presencia de un sujeto de aspecto sórdido, de negrura en el vestir contrastante por más negra con la nocturna oscuridad...
-amigo, ¿qué hace? o debo decir... ¿qué va a hacer?-

lo que menos esperaba era entablar un diálogo con un desconocido en sus postreros momentos pero le respondió...

-no hay ya razón alguna para alargar inútilmente mi inútil existencia, la vida, el maravilloso don del ser pierde todo atractivo cuando el sufrimiento la secuestra y cada segundo, cada suspiro se convierten en fuente de sufrimiento, de reciclado rencor irresoluble, de vil permanencia desolada y afán ya tan sólo de respirar...

el extraño extraño tratando de comprender le dijo...
-pero, ¿qué suceso tan grave ha convertido su vida en desgracia tan alarmante?...

-yo vivía felíz si acaso hablar se puede de felicidad entre los humanos, felicidad de hombre de bien que no aspira sino a llevar una existencia tranquila al lado de una buena mujer con la que compartir los goces y sufrimientos que son parte de la vida...desafortunadamente le abrí las puertas de mi hogar a quien consideraba mi amigo, a un hombre falaz y traicionero que no desaprovechó oportunidad alguna para robarme el cariño y la lealtad de mi bien amada y con ello todo lo que de entusiasmo vital en mí existía, mas no conforme con ese ingente daño que me infligía, aprovechó sus perniciosas cualidades para despojarme de cuanto bien material había forjado a lo largo de años de trabajo, disciplina y tesón...al día de hoy, arruinado, traicionado e infelíz, carezco de motivación alguna para sobrellevar tanta amargura a cuestas...-

el extraño sujeto respondió:

-¿has oído hablar de Satanás? ¿sabes acaso quién es aquél príncipe de las tinieblas, acechador y maligno que injustamente fue excecrado, defenestrado, violentamente expulsado del reino del innombrable?...¿sabes acaso , conoces así sea superficialmente las capacidades del ángel exterminador cuya misión es castigar lo más severa y cruelmente posible las conductas detestables a modo de que tales y vesánicos castigos sirvan de admonición y advertencia a quienes quieran, en arrebatos de debilidad apartarse de las reglas? ¡ése es mi destino y a la vez mi venganza! quienes como yo se rebelen, como yo pagarán pero al más altísimo costo...¡yo puedo reivindicar tu justa ira, castigar a quienes te han faltado, convertir sus miserables existencias en súplicas cotidianas para que su vida acabe! ¡está en mi poder hacer que vivan, es un decir, el más profundo y lacerante arrepentimiento al tiempo que el resto de sus días se convierta en aquél mitológico infierno de los teólogos, pero este sí, de verdad...!-

enmudecido ante tan virulenta elocuencia el potencial suicida no acertó más que a decir...

-¿y yo qué tengo que hacer ángel del bien para que así me satisfagas?-

-algo muy sencillo- explicó el aparecido, -algo que en nada representará costo grave o sacrificio ingente y que redundará en tu más apreciada satisfacción...lo que yo te pido es que vayamos allá, detrás de la gruesa columna que apuntala este puente y me permitas desahogar en ti los afanes de concupiscencia que me atormentan...si no te es gravoso, te amaré con pasión carnal, con furia demoníaca, no podría ser de otra manera, y acaso haré que tú mismo gimas satisfecho...de saber que haces lo correcto...-

aceptada la condición impuesta por el personaje, la escena que siguió es omitida por el autor en afán de guardar el pudor y en un intento por preservar las buenas costumbres de quienes posen sus ojos sobre este relato...

Una vez consumada la acción arriba no descrita, el umbrío sujeto emprendió sin más la retirada, actitud que evidentemente desconcertó a nuestro potencial suicida quien entre los trabajos para subir los pantalones mientras intentaba penosamente caminar sobrellevando el irritante dolor posterior, posterior a lo acontecido y posterior en su anatomía también, le llamaba...

-¡Satanás, ¿a dónde vas?..! ¡Satanás...!-

no hay duda de que el demonio es el demonio...la respuesta que el sujeto alcanzó a gritar antes de desaparecer por completo a la vuelta de la esquina fue...

¡Ja ja ja ja!...pero...¿crees en verdad que existe el diablo?...