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viernes, 3 de agosto de 2007

Humor


La importancia del humor radica en cuestionar nuestra lógica a través de sucesos absurdos, incongruentes y sorpresivos, por medio de los cuales logramos romper con nuestra rigidez, proporcionándonos un espacio y un momento de relajación.


El efecto del humor es la risa, tan necesaria por su carácter espontáneo. Por medio de la risa nos despojamos por un instante de la seriedad a la que nos hemos acostumbrado.

La risa nos permite ser, simplemente eso: ser.


Orgullo y Adulterio

Un hombre fue a la parroquia del pueblo, se dirigió al confesionario y le dijo al sacerdote:

- padre, tengo 80 años, estoy casado, tengo cuatro hijos y once nietos. Ayer por la noche, que tuve un asunto con dos muchachas de 18 años... Hice el amor con las dos… dos veces!!.

En ese momento el sacerdote afligido le dijo:

- veamos, hijo, ¿cuándo fue la última vez que te confesaste?

- Nunca padre, soy judío.

- ¿Y por que me lo estás diciendo?

- Se lo estoy diciendo a todos!!.


El muro de las Lamentaciones

Un periodista, asignado por la oficina del “Diario de Jerusalén”, debía cubrir un reportaje sobre el “Muro de las Lamentaciones”, por lo que decidió rentar un apartamento que diera directamente a éste, así se inspiraría para conseguir una gran nota. Siempre, cuando miraba por la ventana, se percataba de un judío viejo que rogaba fervientemente.

El periodista, inquieto, después de ver al hombre durante tantos días implorando, se decidió a hablar con él:

- Perdón, ¿Viene diario al muro, cuánto tiempo tiene de hacer esto y por que ruega?

El viejo hombre contestó:

- He venido aquí a rogar diario por 25 años. Por la mañana, ruego por la paz del mundo y para la fraternidad del hombre, voy a casa y tomo una taza de té, regreso y ruego para la extinción de la enfermedad y del sufrimiento de la tierra.

El periodista con gran admiración le pregunta:

- Dígame, cuál es la sensación que le provoca venir aquí diario por 25 años y rogar por estas cosas?

El hombre viejo lo mira desolado y triste respondiéndole:

- Como si estuviera hablando con una pared.


Carlos Alfonso (Tinnitus)


3 comentarios:

Jose Gallego dijo...

Hehe, ¡muy buenos!
Hace unos días leí otro que dice:

"Llaman a la puerta, abren, y el que llamó dice:

- Disculpe, estamos recogiendo 10 euros por persona para la capa del obispo.

Y le responde el otro, el que abrió la puerta:

- Le doy 500 euros si me deja caparlo a mí en persona."


¡Salud y alegría!

Anónimo dijo...

buenísimos! jaja

Anónimo dijo...

yo me se uno de pepito